miércoles, agosto 09, 2006

Y Así Comienza la Historia...


El día Martes 18 de Julio de 2006 nos tomamos el avión desde Santiago a NYC, llegamos con 2 maletas gigantes, una maleta grande y un bolso enorme, además llevábamos de maleta de mano dos de esas mini maletas llenas de adornos que nos regalaron en el matri y una cartera donde andabamos con los documentos. Se podrán imaginar que no había manera de cargar todas esas cosas nosotros dos solos, y pobre de uno de pedirle a alguien que te ayude, en este país no existen los típicos socios que por un par de gambas te ayudan con las cosas.

En fin, salimos del aeropuerto con un carrito (que by the way vale 3 usd) en el que iban la mayor cantidad de cosas posibles, nos subimos al trencito aéreo que te lleva de terminal a terminal del aeropuerto y llegamos a arrendar un auto. Habíamos hecho la reserva por internet del auto pero obviamente no funcionó, así es que aperramos con la tarifa que nos dieron ahí (que no era tanto más cara) y después de una hora de espera la amable señora nos dijo algo como: "su auto está en el espacio 1319", así es que partimos a buscar el auto. Obviamente las 4 maletotas, 2 maletitas, una cartera y un carrito no cabían por la puerta giratoria normal, así es que otro caballero, bastante amablente, nos hizo pasar por la puerta para equipaje (y cuerpo) sobredimensionado.... Hasta en eso piensan estos gringos.



Caminando por el estacionamiento de 5 pisos encontramos el auto que habíamos arrendado. Como se podrán imaginar arrendamos el más chanta, uds. saben... economía del hogar, pero como en este país NADIE arrienda los autos chantas (lease Toyota Yaris sedán, 4 puertas, automático y con aire) tienen pocos de estos autos baratos. Así es que como buen chileno salimos ganando y nos fuimos en un Pontiac grandecito donde de todas formas no nos cabían todas nuestro equipaje en la maleta y terminamos con una gran parte de éste en el asiento trasero del automóvil (cosa que no creo que la ley permita en este país).

No sé si se acuerdan o alguna vez vieron a los monitos animados de cuando eramos chicos manejando por unas carreteras impresionantes, llenas de intersecciones, con varias pistas y cientos de carteles para todas partes. Las carreteras tenían unos tréboles gigantes, donde al final el monito no sabía a dónde dirigirse y terminaba haciéndose un nudo en la carretera que impedía que el resto de los autos pasara. Bueno, así son TODAS las carreteras en este país. Sí, si uno quiere ir desde una ciudad a otra, más le vale a) encomendarse a El Señor y pedirle porque mágicamente te guíe por las cientos de miles de carreteras y salidas que existen, b) comprarse un mapa chanta en una bomba de bencina y aperrar o c) mirar en maps.google.com y ver la ruta óptima (y cuando digo óptima me refiero a que sale hasta la cantidad de millas a recorrer en cada calle, carretera, salida, autopista, estacionamiento, etc, etc, etc).

Por suerte ya habíamos manejado en EE.UU. antes, así es que veníamos curtidos en cuanto a la dificultad de las carreteras. Teníamos a mano nuestra hojita maravillosa con las intrucciones, que aunque son explicaciones para tontos, con tanto estímulo en la carretera (comerciales, carteles señalando salidas varias, food exits y gas exits, etc) se hace bien dificil de seguir. En fin después de 5 horas de camino y de varias discuciones si la salida que venía a continuación era o no la que google decía, llegamos a la casita.... Hogar, dulce hogar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buen intento. las comunicaciones nos mantienen menos lejos.. que frase no?

litarata de pura cepa, parece que salió a su padre!!!!!