sábado, diciembre 23, 2006

¿Taxónoma reprimida?


Como conté hace algunos post, Ithaca es una ciudad que está bastante inmersa en la naturaleza, con árboles por todos lados y harto, harto verde (o blanco en el invierno). Tal vez sea por estar inmersa en este tipo de ambiente, o por seguir una vocación reprimida, que me he vuelto muy observadora de mi entorno. Esto último me ha llevado a codificar todos aquellos animales que viven cerca de nuestra casa.

Probablemente viviendo en Santiago uno no se dedica a eso. No me imagino codificando a una paloma, quizás porque es igual a todas las cientos de palomas que hay en la ciudad. Pero acá mi vocación científico-biológica se despertó y me ha vuelto una Darwina.

Partamos por lo primero. Justo al frente de nuestra casa hay un árbol bien grande que alberga a una ardillita (Sciurus Niger) que es bien bonita y nos acompaña todas las mañanas mientras tomamos desayuno. La hemos apodado “Chipand Dale”. Mr. Dale pasa sus horas saltando de rama en rama buscando alimento para guardarlo para el invierno (que aún no ha llegado en plenitud) y volando de rama en rama para hacer ejercicio. Lo más chistoso de todo es que yo no me imaginaba que las ardillas eran territoriales pero nos ha pasado que la vecina le tira pan y otras cosas a Chipand y llegan otras ardillas del barrio a comer. Mr. Dale tiene muy mal humor y las persigue echándolas de su territorio a lo más “El Tigre y el Dragón”. Yo no sé cómo no se caen al suelo.

Siempre me han impresionado en los Estados Juntos las ardillas, cómo están inmersas en la ciudad. Las encuentro tan bonitas y tiernas, que como que se me olvidan que son roedores. ¿Se imaginan estando sentado en alguna plaza en Santiago diciendo “¡mira que lindo y tierno ese guarén!”?

En segundo lugar, nos visitan con menos frecuencia Mr. y Mrs. Blue, dos pájaros que en mi opinión son bastante tropicales, con plumas azul índigo, carita blanca y cresta de plumitas negras. Como que no calzan en el medio ambiente de esta zona, frío y nevado en el invierno. También, pero aún con menor frecuencia, nos visita Mr. Red, otro pájaro de las mismas características pero rojo y más pequeño, que en mi opinión también pertenece más a una selva tropical que a la zona. Creo que estos pájaros deben pertenecer a algún investigador en Cornell que los modificó genéticamente para que salgan a pasear y vuelvan a su jaula después de unas horas. Igual son bien bonitos y es choro ver cómo persiguen a Chipand cuando anda con algo para comer.

En último lugar, pero no menos importantes, están los hermosos Bambis, los venados que algunas mañanas nos honran con su presencia y compañía. Son bonitos, parecen inofensivos y suaves, pero ya varias veces me ha pasado yendo a buscar al Dani que se me aparecen en la mitad del camino. No sería nada de lindo chocar con uno de ellos, porque me daría mucha pena matarlo, pero sobre todo porque no tienen seguro y son tan grandes que es casi como chocar como un auto. ¿Un posible negocio? Mmm… lamentablemente Bambi no tiene dirección permanente.

sábado, diciembre 09, 2006

Día de Acción de Compras… mmmmh, de Gracias


“Thanksgiving Day” es una fiesta muy importante para los gringos, a tal punto que es más celebrada que la navidad, el año nuevo o el 4 de Julio (día de la independencia de los Estados Juntos, para los no tan versados). Antes de venir para acá, sabía por las películas, que en Thanksgiving la familia se reúne, come pavo (y otros cientos de platos dulces, como pie de pumpkin (o sea, kuchen de zapallo), y la salsa de cranberries (un tipo de berry que no hay en Chile)) pero no sabía lo que en verdad significa para los gringos… el mejor día de shopping del año.

Sí, leíste bien. El mejor día de shopping del año es lo que significa Thanksgiving para la gran mayoría de los gringos. Nada de recordar cómo los indios (a los cuales devastaron posteriormente) ayudaron a los peregrinos a sobrellevar el primer año que estuvieron acá. Los ayudaron enseñándoles a cultivar los alimentos que se daban en la zona y a sobrellevar el crudo invierno (que para que cachen la magnitud, ayer hacían -16 grados Celsius con sensación térmica -20). Thanksgiving significa las mejores ofertas del año. O por lo menos las más publicitadas.

Es impresionante la cantidad de comerciales diciendo que el día posterior a Thanksgiving, que es feriado en la mayoría de los trabajos, uno podrá encontrar las mejores ofertas del año y los mejores precios. Como diría mi padre “Thanksgiving Day debería llamarse Metzíe Day”. Regalándote cupones y otras infinitas estrategias de venta logran que en vez de comprar lo que necesitabas, te vayas con un regalo para tu secretaria, tu mamá, tu suegra, tus abuelitas, tus sobrinas, tus tías y hasta tu vecina. Lo más increíble es que las tiendas ese día abren a las cinco de la mañana, ¡¡¡¡a las cinco de la mañana!!!! Y la gente, ansiosa por consumir, se levanta, ¡en un día feriado! a esa hora imprudente para la salud. Es impresionante y bien de patio les diré.

Con mis papás de visita por acá para la fecha, aprovechando los casi 3 días de vacaciones que dan para que la gente vaya a donde sus familias, decidimos comprobar por nosotros mismos qué tal eran las ofertas. Como en Ithaca el mall es pequeño, fuimos a Syracuse, a como una hora de Ithaca, a un mall bastante más grande. Llegamos como a las 11:00 de la mañana y el panorama era aterrador (aunque posiblemente fascinante para algunos consumistas como mi hermano). En primer lugar el estacionamiento estaba repleto, y vale la pena decir que los estacionamientos acá para mi gusto son bien desproporcionados en cuanto a su tamaño, bueno a lo mejor ésta es una explicación.

Una vez adentro el consumo se percibía a simple vista. El mall estaba repleto, la gente caminaba en todas direcciones y no había ni una sola persona que no anduviera con al menos un paquete colgando. Impresionante. Mi mamá, aprovechando que estaba acá, quería comprar un par de regalos para llevar. Fuimos a una tienda que se llama “Bath & Body Works”, bien recomendable tienen cosas súper ricas, a comprar. La tienda estaba repleta, llena de mujeres comprando regalos y oliendo los miles de productos que había en la tienda. Yo me hice a un lado (obviamente luego de elegir lo que me compré) y me puse en la cola. En la cola deben haber habido unas 50 personas, y lo más increíble de todo, es que había una señora que trabajaba en la tienda que miraba lo que llevabas y te decía algo como “le faltan 3 dólares para que le den un 15% de descuento y un perfume”. Y uno, como consumidor bien estudiado, partía a buscar algo para alcanzar el descuento. Por supuesto no hay nada de ese valor, así que uno termina gastando más que el descuento que te dan. Pero qué importa, te fregaste al sistema. O eso es lo que crees.

Lo que siguió del día fue maratónico. Aunque no compramos tanto, finalmente las ofertas eran sobre un par de productos y el resto estaba a su precio normal, experimentamos la locura. A tal punto que en el patio de comidas la gente comía sobre los basureros porque no había mesas disponibles. ¿No será mucho?

Acá hay un video donde se ve una estampida en la entrada de Walmart (Esto debe ser tipo 0:00 hrs del viernes siguiente a Thanksgiving), al lado pueden ver más videos del "Black Friday".

miércoles, noviembre 08, 2006

Horarios y Hábitos Alimenticios


Para mantener el peso acá hay que hacer un esfuerzo. Soy golosa por naturaleza, pero parece que eso no es el único problema. Partiendo por la inmensa variedad de cosas que se pueden comprar (tópico que ya comenté en un post anterior), y siguiendo por los horarios alimenticios y las calorías de los productos.

Vamos de a uno. No voy a tratar públicamente el tema de lo golosa que soy, no me parece discutir ese tema extrovertidamente en Internet. Vamos a dejarlo en que la naturaleza y el medio ambiente me condicionaron a que disfrute de la comida un poco más que el promedio de las personas. En resumen, es una de mis actividades favoritas (zzzlp)... Lamentablemente.

La variedad de productos está por sobre la profundidad que este artículo me permite alcanzar. El lema "en la variedad está el gusto" no es suficiente para describir las innumerables opciones para todos los tipos de produptos que se venden en el supermercado, tiendas de conveniencia y otras. Simplemente déjenme decirles que independiente de lo que deseen adquirir, alguien acá ya lo pensó, y está disponible en la tienda más cercana o por Internet. (En caso que alguno de Uds. tenga una idea de algún produpto que no haya podido encontrar, gentilmente me la puede dar a conocer y en el lapso de un par de horas le diré si es que la idea ya existe o nos haremos millonarios).

Una vez cuidadosamente seleccionados los produptos que se van a consumir, viene el tema del horario en que serán servidos. Yo como buena chilena estaba acostumbrada a que el almuerzo se come entre las 13:30 y las 14:30 y la comida entre las 20:30 y las 21:30 hrs. La cosa por acá es bastante diferente (algunos comentan que es más sana, pero ya les explicaré por qué no lo es). El almuerzo se comienza a servir a las 11:30, sí, esto no es el desayuno, es el almuerzo. El Dani incluso me comentó que tiene un compañero que se sirve el almuerzo cerca de las 11 de la mañana o antes. En mi trabajo, a las 12:00 la oficina se vacía. Les juro que es impresionante, todos se van a almorzar. Lo más increíble es que los comentarios de "tengo hambre" comienzan a las 11 de la mañana. Equivalente a cuando en Chile a las 11 de la mañana comienzan los comentarios de "compadre, ¿un cafecito?". En fin, ya me acostumbré a este horario para almorzar. El problema es que como uno almuerza en la madrugada, a las 5 de la tarde estás considerablemente hambriento para disfrutar una suculenta comida.

Acá es donde argumento que la estrategia de almorzar a las 12 es mala. Yo llego a la casa como a las 5:30, por supuesto con bastante hambre. El problema es que una vez que llego quedan bastantes horas para comer, igual nos queda bastante de chilenos y entre la cocina, el gimnasio, el orden, las compras y hablar con la familia en Chile, terminamos comiendo en horario chileno. Con lo que termino picoteando todo aquello que se vea inofensivo y calorie-free (o lo que parezca calorie-free).

Ahora el tema de la composición química de los productos. Creo que muchos concuerdan conmigo que la comida, es decir, el plato principal, tiene que ser un rico plato de algo SALADO. Sí, algo que contiene suficiente sal o compuestos químicos con gusto similar a la sal, que permiten que el alimento ingerido sepa como tal. Bueno, acá la cosa no es así. Mucha de la comida que sirven es dulce (bueno Dani, es con un dejo dulzón). Es lo peor. Cosas que a simple vista se ven deliciosas terminan siendo terriblemente dulces. Lo peor es que esto no es algo exclusivo de los restaurantes, donde, evidentemente, y con el dolor de mi alma, el 70% de la comida es dulce. El problema se extiende a todo. A tal nivel que con el Dani hemos comprado pickles, salsas de tomate, galletas crackelet y aliños entre otros, que bien podrían haber sido un postre raro en un restaurante chileno. Lo peor de todo es que, como le echan azúcar a todo (bueno, no azúcar, porque eso es muy natural, le echan high fructose corn syrup, un derivado del choclo (el choclo es terriblemente dulce también), que en chileno vendría siendo jarabe de maíz alto en fructosa) que hace que todos tus esfuerzos por comer light se desvanezcan. I.e. una sopa de tomate light tiene más calorías que un rico chocolate.

Finalmente, termino desayunando normal, almorzando temprano, picoteando toda la tarde y comiendo a la hora del ñafle comida que es altamente concentrada en high fructose corn syrup. Bueno, a acostumbrarse se ha dicho. No me queda otra, ¿no?

martes, noviembre 07, 2006

Para español, presione la estrella


Creo que ya hablé sutilmente del idioma español en este país. Algo dije que dentro de entre veinte y cincuenta años más el cincuenta por ciento de la población hablará español como su segunda lengua materna. Algo que ya es realidad en algunos estados del sur, como Florida y California. Y que permite vivir a una gran mayoría de latinos sin saber una gota de inglés.

No voy a establecer ningún juicio acerca de si la inmigración debe continuar o no, si debe haber un muro entre México y los Estados Juntos, o si es que los inmigrantes añaden valor a la economía gringa. Sólo les quiero contar los efectos de esta latinalización que a ojos de una latina (aunque no del prototipo latina a los ojos gringos) tiene.

Los gringos están haciendo un esfuerzo grande por incorporar al mercado latino que vive en este país. Desde tiendas que se definen como bilingües y que tienen los pasillos en inglés, las instrucciones de los productos en español y los nombres en español, hasta las páginas de los servicios del gobierno en español. Si sé que me van a decir que en Chilito la página del Ministerio de Relaciones Exteriores también está en inglés, pero en un país que cree que el centro del mundo (y el 90% restante) está dentro de sus fronteras no deja de ser sorprendente.

Siguiendo por las series de televisión, que tratan de incorporar a actores hablando español, así que contratan a gringos (o descendientes de latinos) que tienen un acento tan marcado que se les nota que no son hispanoparlantes. Por ejemplo el otro día estábamos viendo una serie con el Dani, Alias, no sé si la han visto. Se trata de una espía de la CIA que tiene misiones por todo el mundo. Hace poco vimos un capítulo en que iban a España, era tan chanta la producción que los personajes apenas hablaban Español. Lo peor de todo es que se cacha altiro, o sea uno que es de habla hispana se da cuenta que los actores no son ni por casualidad españoles o al menos latinos, ¡y más si uno es chileno y uno de los actores (el único que hablaba español) habla en chileno! O en la misma serie cuando en una pelea aparece un tubo que dice: ¡Cuidado! ¡Tubo Calienta!

En el mismo rubro de la televisión, con el Dani tenemos el cable básico – economía del hogar – y en él tenemos un canal Mexicano para Estados Unidos. Ahí uno puede entender el estereotipo gringo de las latinas. Sin comentarios. Lo más increíble es que las propagandas, para productos gringos, son en español. Sí, en español. Y, by the way, los productos que venden son bastante ABC1.

Y como se podrán imaginar no termina ahí. Para darles un ejemplo la otra vez queríamos comprar un spray para impermeabilizar los muebles. Fuimos a una tienda que se llama Lowes, que es como el Homecenter, pero absolutamente gringo. En esta tienda, que a nivel nacional tiene la política de ser bilingüe, uno encuentra todos los productos en ambos idiomas. El problema es que uno que sabe español, eso creo, no entiende nada de lo que sale en la tienda. Es como si cada frase que quisieran traducir la tradujeran en un traductor gratuito en Internet, con las correspondientes faltas gramaticales y oraciones sin sentido. Por ejemplo nuestro spray era para “Lámínar la madera”

Por último, y a mi parecer lo más increíble de todo, casi todos los servicios, léase Internet, agua, luz, telefono, correo, etc, tienen la opción de que cuando uno llama por teléfono te conteste una operadora en español. Generalmente son latinas tipo caribeñas que hablan español bailando merengue y salsa. La lata es que en muchos de los casos la llamada es de la siguiente forma. Y se los decimos porque al parecer Murphy nos persigue un poco a mí y al Dani.

“You have called Verizon Wireless customer service. For English press one. Para Español presione la estrella”

Uno que está cansado de hablar todo el santo día en inglés, encuentra refrescante poder hablar un ratito en su lengua materna con alguien que no viva en su misma casa. Por lo que apreta la estrella esperando obtener la respuesta de un cuate. La respuesta es la siguiente:

“Hello, thank you for calling Verizon Wireless today. How may I help you?”

He dicho suficiente. Aún faltan unos cuantos años hasta que puedan tener una operadora 24/7 que hable español. Por lo menos lo intentan. ¿Cómo nos veríamos llamando a al ministerio de agricultura y que te ofrecieran contestarte en inglés...?

miércoles, octubre 04, 2006

Una nube en mi camino...


Simplemente les tengo que contar mi día. Fue uno de esos días donde uno siente que una nube te persigue y que cada vez que paras un segundo llueve un poco sobre tu cabeza. En fin…
El día partió a las 7:00 de la mañana para tomarme la micro para ir a trabajar. Estábamos sin auto, lo habíamos mandado a arreglar, de nuevo… Después de ducharme con agua fría, de nuevo, me fui a tomar el bus para irme a la pega.
Ya en el trabajo y en una reunión almuerzo con conference-call incluída, mi pulsera de plástico (con brillitos y todo) me corto un mini espacio de la muñeca. Misteriosamente la sangre no paraba de fluir, simplemente parecía como si me hubiera cortado muy profundo y muy grave, cosa que no era. Consecuencia: la hoja donde estaba tomando notas quedó manchada completamente con sangre, tuve que ir a buscar una servilleta para contener la sangre y lo peor de todo, no pude almorzar nada. Nada de nada, ninguno de los ricos panes con pastrami… Mmmm… Pero el día no termina ahí.
Para más remate, mientras caminaba a ver si había quedado algo rico en la cocina se me rompió el zapato. Por suerte tengo otro par de zapatos para trabajar pero estos eran los que me había comprado en Chile, “cosas buenas mijita para que te duren”….
En fin la vida sigue. Supongo que la nube se irá...

En este caso la hija esta orgullosa de la madre...
Miren el artículo en la revista Ya.
Buena ma!

lunes, septiembre 25, 2006

Ser alguien cuesta un poco


Otra vez soy una mala comunicadora, han pasado más de tres semanas desde mi último post. Ya no soy una escritora confiable, decepciono a mi leal público, o no tan leal pero por lo menos aburrido.

Después del fin de semana “largo” en NYC volvimos a Ithaca. En NYC ese fin de semana había llovido a cántaros. Según los gringos eso era el efecto en la costa este que tenía el huracán que estaba pasando por el caribe. Efectos o no, yo llegue resfriada a Ithaca (no se preocupen, ni con fiebre ni con tercianas, solamente con la desagradable sensación de estar resfriada, mocos incluidos).

Media enferma y todo, continué con los planes de adecuarse a la vida de los gringos. Algunas de ellas implican, entre otras cosas, almorzar a las 12 (que no me cuesta), comer a las 7 (que tampoco me cuesta), saludar de la mano o incluso solo diciendo “hola” (eso me cuesta un poco más) y ser consumista (eso no me cuesta nada, creo que lo era incluso antes de venir a los Estados Juntos).

Otra de las cosas que uno tiene que hacer para vivir acá es tener carné de manejar, no porque sea necesario para manejar, el carné chileno sirve (creo), sino para tener una identificación. No piensen que soy cuática, que necesito ser identificada, que ser una N.N. me molesta, o que simplemente es bacán tener el carné del estado de Nueva York. No, no es por eso, es por los múltiples beneficios que tiene. Entre los beneficios está el hecho de que puedes comprar cerveza en el supermercado. No es que seamos alcohólicos, pero cuando uno tiene invitados y les quiere dar cervezas y vas al supermercado y compras por ejemplo unas Coronas, llegas a la caja e independiente de cuán viejo te veas te piden identificación. Incluso si no eres tú el que está comprándolas y sólo estas acompañando al que está comprándolas y éste tiene una identificación válida que dice que es mayor de 21 años, te la piden igual. Sí sé que el pasaporte sirve de identificación, pero seamos objetivos ¡no voy a andar con el pasaporte para todos lados! ¡Shlepen para acá, shlepen para allá! Ni tonta.

En fin, para obtener esta licencia, por lo menos en este estado, uno tiene que dar una prueba, hacer un curso y dar una prueba práctica. Enferma y todo y después de haberme leído las instrucciones del tránsito (que te dicen incluso qué hacer si un conductor enrabiado te persigue, ¡imagínense el largo del manual!) partí a hacer la prueba a la dirección de vehículos motorizados. Sé lo que se están imaginando, una oficina con mucha tecnología donde te hacen pruebas de tiempo de reacción, vista, oido, etc. Bueno yo me imaginaría lo mismo si no fuera por el Dani que me había contado lo ordinaria que era la oficina.

Después de llenar un formulario (obvio, es lo típico que hay que hacer cuando uno quiere hacer cualquier cosa en los Estados Juntos) y hacer la cola, comienza el examen. Primero te piden pruebas de identificación, obviamente, te están dando una identificación, necesitan pruebas de que tú eres de verdad quien dices que eres. Cada cosa que lleves tiene un puntaje, el pasaporte, 2 puntos, la tarjeta de crédito, 1 punto, el formulario de ingreso, 3 puntos, etc. Tienes que juntar 6 puntos para que te crean que eres quien dices ser. En fin, yo los tenía. Soy quien digo ser, creo.

En el mostrador la señora te hace el examen visual, nada de máquinas que te muestran colores, profundidades, etc. Un vil cartel por encima de su hombro que te hace leer. Por suerte la ventanilla que a mi me tocó tenía el cartel más cerca, y pude leer las letras, así que ahora puedo manejar sin lentes, por lo menos por las rutas del estado de Nueva York. Después te hacen una prueba que tiene 20 preguntas, bastante fáciles, supongo que porque manejo hace 7 años ya. Y estás listo. No, no tienes tu licencia de conducir, tienes un “Learner Permit” que te permite manejar con un “Legal Guardian” a tu lado… Obviamente tiene que ser cuático. ¡Por lo menos te sirve para comprar cerveza!

Lo peor de todo, es que después de esto uno tiene que hacer un curso de 5 horas. En el curso no te enseñan a manejar, te enseñan los peligros de manejar. Sí, así es, un sábado a las 9 de la mañana me hallaba yo sentada en una sala llena de niñitos de 16 años con un profesor cuyo objetivo era asustar a los niñitos de que manejar es peligroso y que deben tener cuidado. Sí, 5 horas de esta tortura. Videos del año uno donde te enseñaban que usar el cinturón de seguridad era indispensable y que tomar alcohol es malo porque disminuye tus capacidades de reacción (jajaja, parece que algo aprendí) entre otras cosas. Igual fue divertido ver los looks de los protagonistas, pantalones azulinos apretados con chaquetas amarillas y pelo champón (peor que el mío) además de zapatillas y calcetines blancos, ¡notable! De lo más kitch. Lamentablemente los videos duraban 30 minutos en total, las otras 4:30 hrs me las tuve que pasar escuchando a un señor demasiado aburrido.

Ahora ya tengo mi identificación, aún me falta hacer el examen práctico, cuya velocidad máxima es 20 millas por hora (algo así como 32 km por hora), supongo que para que los examinadores no tengan accidentes con los niñitos de 16 años que tratan de sacar sus licencias. En fin, todo sea por poder comprar cerveza en el supermercado… ¿No será mucho?

¡Mucha suerte Bob, ya queda menos!

viernes, septiembre 08, 2006

It's up to you, New York, New York...


Sí, sé que no he escrito en harto tiempo, y que algunos ya se hicieron adictos al blog y lo necesitan actualizado más veces por semana. Como me dijo un muy buen amigo, después de las sequías literarias vienen las grandes obras, o al menos en mi caso un post interesante.

El fin de semana pasado era largo, el lunes era “Labor Day”, algo así como el primero de mayo en Chilito. Yo estaba de vacaciones (permanentes), el Dani no (los padres de los niños undergraduate de Cornell creen que pagan mucha plata para que los cabros anden vagando en días festivos, así que tienen clases en todos los feriados menos Thanksgiving (que es más celebrado que navidad (¡Oh! ¡Un paréntesis dentro de otro paréntesis dentro de otro paréntesis! ¡Se volvió recursivo! Mejor vuelvo a la historia, así no se enredan mis lectores o yo)), y año nuevo en este país). Aprovechamos el no-feriado y fuimos a NYC a pasear, ya conocíamos la ciudad así que esta vez fuimos más relajados a pasear y mirar la ciudad.

Manhattan es increíble, la gente que vive, los edificios, la cultura, la música, el arte, los ricos, los pobres, los latinos, los europeos, los gringos, todo. Es un mix de culturas, un mar de diversidad. No sé si me gustaría asentarme ahí para vivir persécula seculórum, quizás por lo caro que sale vivir ahí, pero sí sé que me gusta pasear por las calles, mirar a la gente y disfrutar la locura que se vive.

Es raro que en una ciudad puedan sobrevivir tantas cosas juntas. En el ámbito de los negocios por ejemplo, cerca del 90% de las transacciones financieras del mundo pasan por esta ciudad, particularmente en una zona que no debe tener más de 20 cuadras de ancho y 20 cuadras de largo (¿y 20 cuadras de alto?). Éso sólo en el ámbito financiero, para qué latearlos con el resto de los negocios. Culturalmente hablando, NYC es increíble, con 3 museos (entre los tantos que hay) por los que vale la pena ir a Manhattan sólo para verlos. Una cartelera de teatro envidiable para cualquier ciudad del mundo, espectáculos deportivos, música, películas, etc. Lo mejor de la comida está ahí también, a los más altos precios también, pero hay infinita diversidad de restaurantes, con todo tipo de especialidades del mundo. Bueno, Ithaca tiene una tasa de restaurantes per-cápita superior a Manhattan, pero creo que dada la población no vale. En fin, es imposible expresarlo en toda su magnitud sin vivirlo, una experiencia muy interesante.

Supongo que todas estas cosas juntas hacen que NYC sea un destino popular no sólo entre los turistas, que impiden caminar por Times Square, si no también para los gringos que emigran de ciudad en ciudad. Una evidencia de esto es el rentable negocio del cual aprendí su existencia gracias a mi primo gringo, que se acaba de mudar a NYC, en una conversación con su polola mientras tomábamos café en uno de los cientos de Starbucks que hay. La conversación sería algo así:

Ella: “… Y cuando van a ponerle la pared al departamento” Refiriéndose al departamento de 60 metros cuadrados que mi primo va a compartir con un amigo.
Él: “Esta semana, el miércoles llega mi compañero”.
Ella: “¿Y por cuánto tiempo la vas a poner, vas a tomar un arriendo de 1 año o de 2?” (textual, en inglés: “And will you get a 1-year or a 2-year wall?”).
Él: “Yo creo que uno de 1 año”.
Ella: “Mi arriendo creo que venció este año, debería llamar para que me den mis cuatrocientos dólares de depósito de vuelta”.
Yo: “¿Tu depósito de la pared?”.

Y ahí fue cuando conocí un negocio único para una ciudad como NYC. Existen un par de empresas que hacen leasing de paredes, así es, de paredes, uno los llama, van un día a tu departamento (que generalmente compartes con más miembros que la cantidad de habitaciones), te instalan una pared que no rompe el departamento (incluso puede tener una ventana), te cobran unos mil dólares a pagar en cómodas cuotas mensuales (dependiendo del largo y complejidad de la pared) y te la arriendan por el tiempo que quieras. Una vez que tú te cambias de departamento, la vienen a buscar y te devuelven un depósito. Igual loco ¿no? Aparte de pagar agua, luz, calefacción, internet, cable y arriendo, hay que pagar por la pared que te colocaron. Todo para vivir en la isla en la que nada crece pero todo se puede comprar.


Supongo que habrá otra idea para hacerse millonario dando vueltas por ahí en esa ciudad. ¿Alguna idea? A lo mejor nos hacemos ricos y nos vamos a vivir a un penthouse al lado del Central Park… Bueno, soñar no cuesta nada…

viernes, agosto 25, 2006

Carmela, Carmela, Llévame a la Ciudad


Vivir en el campo tiene su encanto. No sé si todos saben pero Ithaca es una ciudad que queda en el centro del estado de Nueva York, en una zona bien rural. Sí, el mismo estado donde está Manhattan, pero a como 5 horas de distancia hacia el noroeste.

Vivir en Ithaca es como vivir en Pucón, hay mucho verde, un lago y lo único que le falta es el volcán. Otra gran diferencia es el clima. Ithaca queda a la misma latitud que Puerto Montt (pero latitud norte), y debido a las corrientes marítimas que vienen desde el Ártico el invierno acá es mucho peor. Peor implica que en Enero pueden hacer 25 grados bajo cero, un poco más frío ¿no?

Lo rico de vivir en una ciudad pequeña es que hay verde por donde veas. Cuando te subes a la micro camino a la universidad pasas por cascadas y calles llenas de árboles. En la parte del downtown hay menos árboles, pero es el centro de la ciudad así, que está justificado. Por ejemplo, la calle donde vivimos se llama “Pleasant Grove”, algo así como “arboleda placentera”. Igual eso un indicio ¿cierto?

No todo es color de rosa, eso sí. Y para los que conocen mis fobias, vivir aquí es una muy buena terapia. Es un verdadero desafío vivir en una casa donde cada hora ves una criatura de 6 ú 8 patas, negra, y que camina bastante rápido (excepto los escarabajos que son lentos y bonitos pero bien aterradores). Cuando está el Dani conmigo es fácil. No, no los matamos, tenemos una cajita especial para atraparlos y devolverlos a la naturaleza. Pero ahora que no esta el Dani todo el día en la casa, tengo que enfrentar estos eventos yo solita. La verdad no es nada fácil. Opto por ignorarlos y cuando ya están muy cerca de mí trato de agarrarlos en la caja, no siempre con éxito

Acá hay unos bichos que en Chilito no hay y de los cuales no conozco sus cualidades. Por ejemplo hay unos bichos que el Dani llama “chick-a-chick”, no sabemos su nombre verdadero, pero la niña que vivía antes en el departamento los llamaba de una manera parecida a ésa, así que así se llaman para nosotros. Son inofensivos, pero caminan bien rápido. Yo no los conocía y cuando a lo lejos lo divisé pensé que eran un arácnido. El Dani me acaba de contar que tienen como 28 patas, ¡brrrrrrrrrr! Así que el pobre Dani en pijama partió a sacarlo de la casa. El resultado: después de 15 minutos persiguiéndolo por la pieza, y de unos cuantos gritos míos, el chick-a-chick se fue por la ventana para abajo. Bueno por lo menos estoy ahorrando en esa terapia sicológica.

Como lo describió el Dani, vivimos en un zoológico, excepto que nosotros somos los animales enjaulados. En la noche, y como hace calor, tenemos las ventanas abiertas y dado que tenemos mosquiteros y la luz está prendida, tenemos a unos cuantos cientos de bichos voladores en nuestra ventana embelesados por la luz interior. Así que nos convertimos en los enjaulados y ellos son los que nos vienen a ver. Por lo menos tenemos compañía de los mini bichos que caben por la rejilla en la comida. Y el sonido, no les explico, hay que subir el volumen de la tele en la noche porque los bichos de afuera pían (no se como se dice como hacen los bichos) como locos.

Aunque no toda la fauna es mala, ayer cuando me desperté miré por la ventana y dos venados estaban a menos de 20 metros de la ventana. Acá hay un video de tan notable evento. En mi opinión, Bambi en la ventana compensa a los insectos que tratan de entrar. ¿O no?

lunes, agosto 21, 2006

Consumo, consumo, consumo


Este es un país donde se vende de todo. Una vez mi papá me comentó que escuchó que sólo en un país como este se podrían vender piedras, simples piedras, de ésas que uno encuentra en la calle. Y no me parecería raro que fuera cierto.

Es cosa de ir al supermercado y fijarse en la cantidad de productos que hay (acá me salió mi profesión a flote). Por ejemplo, los aliños para ensaladas: 5 marcas diferentes, 20 tipos de aliños diferentes, lo que nos da un total de 100 tipos de aliños a vuestra disposición. El problema: ¿cómo se decide sólo una que comprar? Igual son grandes y si no te gustan te la tienes que comer igual. Solución: se compran dos, una que me gusta a mi y otra que le gusta al Dani. Problema: Como no se prueban antes, si no te gusta, comes ensalada con un aliño que no te gusta por un par de meses. Solución: yo me como la rica, la otra se la come el Dani.

Y así pasa con más cosas, cereales, salsas de tomate, cosas para limpiar, bebidas, pan, bagels, helados, comida congelada, maquillaje, salchichas, yogurt, harina, productos orgánicos, condimentos, sopas, cervezas, café, papel higiénico, toalla nova, mantequilla, jugo de naranja, etc., etc., etc. Aparte de los productos conocidos, están los productos que uno no saben que existen (porque nunca los usó en Chile) y que aprende a comprarlos cuando están en oferta en el supermercado, como los English Muffins. Acá vale la pena explicar que con la tarjeta del supermercado muchos de los productos (la mayoría de la marca del supermercado) son más baratos. Lo cual se traduce que en nuestra cocina hay un 90% de productos de marca del supermercado. Otra vez, economía del hogar. Por ejemplo hay ofertas de llevar diez bebidas por diez dólares con esta tarjeta. Todo lo que valga un dólar o menos hay que comprarlo, así que obviamente comprábamos las diez. Con el consecuente problema de llevaralas en la micro nevando y con veinte grados bajo cero (antes de tener al Tortu). Hasta que averiguamos que diez por diez también implicaba uno por uno. Huasitos nosotros.

Parece maravilloso tener tanta variedad. En la variedad está el gusto dicen por ahí… Pero pensándolo más a fondo, no lo es. Por el lado negativo tanta variedad significa más rato en el supermercado entendiendo qué producto comprar. Además de que es imposible conocer todas las marcas. En Chilito uno está acostumbrado a conocer la típica marca de galletas, McKay por ejemplo, uno nació con las propagandas en la tele. Pero acá uno conoce pocas marcas, si no fuera por los réclames que tienen slogan pegajosos en la tele, conoceríamos sólo las pocas que llegan a Chile. Además de las notables a través de la historia, como las sopas Campbell.

Por otra parte, uno se equivoca más. Y por ejemplo compra aliños dulces para las ensaladas. Con el consecuente par de meses comiéndolos. Además uno gasta más, se tienta a comprar productos que no están en la lista del refrigerador, sobre todo con las ofertas. Como diría un profesor mío de la universidad, nos hemos convertido en el consumidor marginal.

Sin embargo, pese a esta gran variedad de productos, igual hay productos que no están disponibles (o por lo menos yo no los he hallado aún). Por ejemplo, y esto es algo que no me explico, no existen hojas de matemáticas. Las viles hojas de 7 milímetros que nos pedían en el colegio no existen en este país. Todos los cuadernos son de composición. Incluso los alumnos del Dani le entregaban las tareas de cálculo, con gráficos, en estas hojas. Inexplicable. Otra cosa que no hay, y que de verdad extraño, son las cabritas dulces. Las típicas palomitas dulces no existen. Hay unas que son saladas y dulces, pero no son lo mismo, les falta el caramelo chorreando (zzzlp, si alguien va al cine pronto cómprese un paquete de cabritas por mí). Las del Alto son imbatibles. Otra cosa inexplicable es que no hay envases larga vida, no hay crema espesa en caja, ni leche en caja. Todo es leche fresca. Lo que significa que hay que ir al supermercado todas las semanas a comprar leche.

Como ven, pese a vivir en el país del consumo, no podemos consumir suficiente. Siempre hay algo que no está y que me gustaría comprar. Chile después de todo tiene su encanto…

viernes, agosto 18, 2006

Millas, Pints y Onzas


Hace casi dos semanas, y después de recorrer todos los pueblos cercanos a Ithaca, compramos un colchón. El marco de la cama, o somier, o cama americana, la compramos en Ikea, obvio. Pero el colchón lo compramos acá. Compramos uno con una tecnología súper dúper, algo así como que los resortes vienen en saquitos separados para que cuando el compañero se mueve Ud. no lo sienta. O eso es lo que nos hicieron creer, vamos a ver cómo funciona cuando llegue.

La cosa es que te lo vienen a dejar a la casa. No crean que lo compramos muy lejos, lo compramos en Horseheads, un pueblo que queda como a 20 millas de Ithaca. En la tienda, el vendedor te pregunta referencias de cómo llegar a tu casa. El Dani le dijo: “Siga por la 13 Norte y cuando llegue a la salida del Triphammer Mall, salga a la derecha, hasta que llegue a la intersección con Hanshaw y Upland…” Y ahí paró y no pudo seguir, quería decir que como 200 metros más allá está la entrada al condominio, pero ¿cuántos pies, yardas o millas son 200 metros? Si uno le dice al caballero (o a cualquier persona acá) que siga por 200 metros, te miran con cara de loco porque al igual que nosotros con sus medidas, no tienen idea de las nuestras.

Sin embargo debo decir que el sistema que usamos nosotros es mucho más fácil. Por algo se llama sistema métrico, tiene una métrica. En este sistema, y tal como sabemos, todo está en base 10. Para los que no son tan matemáticos, esto significa que por ejemplo un centímetro son diez milímetros, un metro son cien centímetros y un kilómetro son mil metros. Suena difícil cuando uno lo lee. Pero es bastante más fácil que acá.

Para que entiendan cómo es la cosa. Respecto a la distancia existen las pulgadas (inches, que son como los centímetros), los pies (feet, que son como un tercio de metro), las yardas (yards, que son como los metros) y las millas (miles, que son como los kilómetros). El problema es que ninguna de estas medidas está relacionada. Ése es el principal problema. En el sistema métrico todas las medidas están interrelacionadas entre sí de manera fácil, porque son múltiplos de 10, pero acá no.

Para que vean cómo es:
- 1 pulgada = 2,54 cm.
- 1 pie = 12 pulgadas = 30,480 cm.
- 1 yarda = 36 pulgadas = 91,44 cm.
- 1 milla = 63.360 pulgadas = 160.934,4 cm. (algo así como 1,609344 km.)
- 1 milla = 1760 yardas

¿Difícil no? Cuando uno piensa que ya domina el tema, aparecen las áreas y simplemente uno se vuelve loco porque las áreas son las distancias al cuadrado. Por ejemplo nuestro departamento tiene 712 pies cuadrados. Pri pri.


La cosa es peor aún porque no solo con las distancias hay diferentes medidas, en los volúmenes, temperaturas y peso también las hay.

En los volúmenes están los pint (que son 0,473 litros), los galones (que son 3,785 litros) y las onzas (que son 0,029 litros). Ninguna de las cuales tiene una relación fácil entre ellas para recordarse. Para peor los volúmenes no están en inches al cubo, como los centrímetros cúbicos, si no que son medidas diferentes.
En la temperatura existen los grados Fahrenheit, que para convertirlos a Celsius hay que restarles 32 y multiplicar por 5 y luego dividir por 9. Por último, pero no menos complicado, están las unidades de peso. Existen las libras (que son 0,453 kg.) y nuevamente las onzas, pero esta vez de peso (que son 0,028 kg.). Por lo menos 1 libra son 16 onzas, aunque igual ése es un número difícil de manejar.

Ahora si quieres saber cuántos carbohidratos traen los cerales, de vuelta al sistema métrico porque están en gramos. Plop.

Como pueden ver es bastante difícil. Supongo que cuando uno nace con este sistema se acostumbra a que nada este relacionado fácilmente. Pero para nosotros es un desafío saber cuánto trae un tarro de café, una bebida o cuánto queda para la próxima salida en la carretera, sobre todo cuando te dicen cuántos pies te quedan. Aunque ambos somos bien matemáticos, sufrimos cuando hay que saber con exactitud alguna medida. ¡Sistema métrico por favor!

¡Buena suerte bob! TQM

miércoles, agosto 16, 2006

El Carnaval de la Risa

Armar una casa de la nada no es nada fácil. Así que admiro ha quienes lo hayan hecho y compadezco a los que lo van a hacer. A las dos de la mañana y después de siete horas en Ikea, casi dos horas cargando el auto y una hora bajando las cosas en Ithaca, llegamos al hogar, desordenado hogar. La ducha fue necesaria, así que a las dos de la mañana nos duchamos con agua fría. No se preocupen, que acá hace calorcito, 35 grados húmedos, así que a esa hora de la noche y con unos 25 grados húmedos, la ducha fue bien recibida.

Al día siguiente comenzó nuevamente la tortura. Para los que me conocen saben que me carga ordenar. Mi madre puede dar testimonio de eso después de vivir 24 años conmigo. Así que los días que pasaron a continuación no fueron tan agradables. El Dani tenía mucho ánimo para ordenar, yo creo que porque le daba urticaria mirar el desastre mayúsculo que teníamos, pero yo no tenía ningún ánimo. Así que comenzó el desafío de armar la casa entre los dos.

Como conté, los muebles de Ikea son del tipo “hágalo Ud mismo”, en el que uno abre el librito donde sale explicado y con un par de herramientas chinas (que se echaron a perder después de unos 40 tornillos) empezamos a armarlos. Acá voy a recordar lo que me dijo mi hermano cuando le conté acerca de los muebles. En Maravillozoo, el programa de los viernes en el trece, tenían una serie de preguntas acerca de monos intentando alcanzar un plátano que estaba localizado en una parte específica. El mono tenía que sortear una serie de dificultades para llegar a donde estaba el plátano. Bueno, yo y el Dani éramos los monos, el plátano era el mueble terminado y el proceso de construcción, las dificultades a sortear. Después de varias carcajadas de risa, de no entender el manual, de identificar cuáles eran las piezas que iban en cada paso y de varios retos de acá para allá y de allá para acá, logramos armar los muebles. ¡Qué felicidad! Ahora había más desastre, por lo menos antes los muebles estaban en las cajas.

Para hacerles el cuento corto, después de un par de días de orden, cansancio, suciedad y mal humor (mío), lo logramos, dejamos la casita más o menos ordenada. Faltaban algunas cosas por comprar, pero por lo menos estaba decente y habitable. Lo único que nos faltaba era un silloncito, ojala futón (para las visitas), y que nos cupiera en el espacio.

Una cosa que admiro de los gringos es esa necesidad de hacer networking. Tienen la necesidad de conocer gente y relacionarse. En el fondo ellos lo llaman networking, pero es un americanismo para apitutarse. Sí, hacerse pitutos, con los profesores, los compañeros, los amigos, parientes, gente con los mismos intereses, necesidades, etc. En una de estas redes encontramos nuestro silloncito o sillonzote (después de subirlo por las escaleras y meterlo en la casa).

El Tortu fue nuevamente el protagonista, llegamos a buscarlo pensando que nos cabría en el station wagon (ilusos), pero no fue así. Nuevamente con unos cuantos grados cargamos el auto con el marco del futón en el techo, el colchón lo doblamos como pudimos y lo metimos a la maleta.

Lo difícil fue meter el futón a nuestra casa. La entrada es realmente estrecha y dos personas no parecen ser suficientes para cargar un marco de un futón queen (para que las visitas estén cómodas mijito). Después de un buen rato intentándolo, de usar nuevamente toda nuestra capacidad espacial para pensar cómo meterlo, de hacerme más moretones que en toda mi vida y varias carcajadas, lo logramos, metimos el sofá a la casa, o por lo menos el marco de madera. Lo que pensábamos que iba a ser fácil, el colchón, fue más difícil. Intentamos no arrastrarlo por el suelo, pero el que quizás fue nuestro mayor o más ridículo ataque de risa en los años que llevamos juntos lo impidió y terminé acostada en el colchón a la entrada de la casa con el Dani a punto de ahorcarme.

La casa quedó armada, para recibir visitas y todo. Y nosotros quedamos cansados sobre todo de tanto reírnos. Ahí comenzó la vagancia (del cual nació este blog), pero por lo menos tenemos la casa armada. Si es que de algo sirve…

lunes, agosto 14, 2006

Experiencia de Compra


Una vez en NYC aprovechamos de pasar a Ikea, una tienda muy conocida de muebles baratos, antes de venirnos a Ithaca. La idea era comprar algunos muebles que necesitábamos y lo que se nos ocurriera una vez ahí. Vale la pena decir que los muebles acá son bien caros, en verdad no he comprado muebles en Chile, pero conociendo más menos los valores de los muebles en las grandes tiendas, acá son más caros. Aparte de que son caros, son feos. Sobre gustos no hay nada escrito, sí sé, pero son bien feos. Por lo menos para el gusto conservador chileno. Si no pregúntenle a cualquier chileno que viva acá, y les va a decir que todo es floreado, de roble y gigante.

Ikea en cambio es una tienda noruega que se caracteriza por el diseño moderno de sus muebles. Lo más choro es que está pensado como el “hágalo Ud. Mismo” del Homecenter, sólo que en vez de armar unas repisas, armas el soporte de la cama, los veladores, el escritorio, la mesa, las sillas y hasta un silloncito pequeño… ¿Qué tal? Además los muebles son bellos y de todo nuestro gusto. Aparte de muebles hay todo tipo de cosas para armar una casa, pañitos de cocina, cortinas, toallas, ollas, etc., etc., etc. Si tienen tiempo y quieren vagar por la red, métanse a www.ikea.com para que se hagan una idea de la cantidad de cosas que tienen.

Se podrán imaginar que estábamos felices de ir a Ikea a comprar, después de mirar un par de tiendas por acá decidimos que si no era en Ikea donde encontrábamos muebles, no era en ninguna parte y nos volvíamos extremamente minimalistas en la decoración de nuestro hogar. O por lo menos yo estaba feliz, el Dani estaba un poco preocupado de las finanzas familiares, sobre todo porque comprar cosas me gusta un poco.

Acá me gustaría describir un poco la tienda. Obviamente nos costó llegar a la tienda, logramos recorrer el doble de millas que había desde el hotel a la tienda, porque para variar nos perdimos (aunque parece que esta vez fue mi culpa, porque después de desviarnos a comprar la tapa de la bencina del auto fue un poco más difícil encontrar el camino) pero perseverantes como somos, logramos encontrar la mole. La tienda es ENORME, y esa palabra le queda chica. Para que cachen el tamaño, la tienda está pensada como un paseo por el día, de hecho hay no uno si no dos restaurantes adentro, que son famosos por sus meatballs con salsa de lingonberry dulce (otro tema del que hablaré). Y ojo que no son mini restaurantes, caben bastantes gringos.

La tienda tiene dos pisos y es gigante, realmente grande (no podemos ni estimar los metros cuadrados que tiene con el Dani, pero son hartos!). En la parte de arriba está el showroom, donde uno ve los muebles, los elige, los anota y después, o los retira en la parte de abajo (que es como una bodega gigante) o los pide después de la caja (aquellos muebles que son bastante grandes te los entregan después) directamente para subirlos al auto. Según los casos de Harvard, ésos que uno estudia en la universidad, la gracia de Ikea es la experiencia de compra, los meatballs, los showrroms, etc. Debo reconocer que la tienda cumple con las tres “B”: es buena, bonita y lo más importante “barata”.

Para hacerles el cuento corto, después de unas siete horas dentro de la tienda, de recorrerla un par de veces (por volados nos equivocamos y tuvimos que recorrer la tienda un par de veces) y de gastar una buena parte de nuestro patrimonio familiar en la tienda, comenzó la travesía de vuelta a Ithaca.

Newark queda a unas 4 horas de Ithaca, así que con el Dani debíamos cargar el auto y partir de vuelta a nuestra casita, que seguía desastrosa. No hay elfos acá como en Harry Potter que te ordenan la casa. O por lo menos nuestra casa. Y parece ser que Murphy nos anda persiguiendo, porque el día que decidimos ir a Ikea fue el día más caluroso en el verano en Nueva York.

Una vez fuera de Ikea, hay que cargar las cosas en el auto. Para que cachen como es la cosa, hay una zona especial para cargar las compras, donde la gente llega en autos, camionetas y camiones U-Haul (camioncitos arrendados por hora) para buscar las cosas. Nosotros llevamos al super Tortu a la acción. Con todo lo que compramos parecía una misión imposible poner todas las cosas que compramos dentro del Tortu, debo reconocer que se necesitó de toda nuestra capacidad espacial para hacer caber las cosas y no dejar ningún espacio posible. Para más remate y para que vean la mala suerte, a la hora que estábamos cargando el auto (las 8 de la noche) sólo hacían 36 grados Celsius, y la sensación térmica era de 42 grados. Todo esto mientras subíamos al Tortu sillas, mesas, cama, escritorio y demases. Después de 1 hora cargando el auto y con 42 grados de temperatura partimos a Ithaca con el Tortu cargado hasta el techo (por suerte es un station wagon) y nosotros con un par de kilos menos en el cuerpo por el agua que botamos. ( Acá pueden ver un video de cómo íbamos de cargados).

A la casita por fin...

¡Feliz Cumple Diani y Yae!

sábado, agosto 12, 2006

¿MIA, hablas español?


De vuelta de la luna de miel y ya en el aeropuerto de Miami, comenzó nuestra travesía nuevamente por el reino de los Estados Juntos.

Me atrevo a decir que el aeropuerto de Miami es un desastre, sí, un completo desastre. Muchos de Uds. lo han visitado y no recuerdan tal despelote, sin embargo ahora sí que es un desastre. Lo están arreglando, sí sé, pero de todas formas la cantidad de gente que anda dando vueltas por él lo debe convertir en uno de los aeropuertos más concurridos del mundo. O por lo menos en uno de los más concurridos que yo he visitado (aunque no es que haya visitado tantos…).

Partamos por la llegada a inmigración. Saliendo del avión hay que caminar unas cuantas yardas (ése es otro tema del que hablaré, ¡porqué no usan el sistema métrico, es tanto más fácil!) para llegar a los oficiales de inmigración. Una vez ahí hay que pararse en una cola bastante larga y esperar su turno. Después de una serie de verificaciones y de convencer al oficial que tu visa está en orden y que tus intenciones en los Estados Juntos son realmente buenas, entras al desastre. Debo admitir que a nosotros la inmigración nos tocó bastante rápida, pero una vez que salimos de donde estaba el oficial y miramos hacia atrás (no, no nos convertimos en estatuas de sal) vimos unos cuantos cientos de personas entrando a la inmigración. En una simple estadística que realizamos con el Dani (sí, somos unos nerds), contamos que más de 300 personas caminaban a nuestro lado en un lapso de 5 minutos, algo así como más de una persona por segundo. Uds. se preguntarán qué tiene esto de impresionante, según yo es uno de los aeropuertos más concurridos del mundo. Bueno lo impresionante es que nosotros estábamos en el terminal D (hay 5 terminales) y en la puerta 42 (hay 50 puertas por cada terminal). Es decir lo que vimos en 5 minutos equivale algo así como al 3% de la gente que andaba dando vuelta en el aeropuerto. Igual impresionante ¿no?

Continuando para explicitar el desastre, al salir de inmigración hay que reconocer las maletas. Incluso si tu destino no es Miami, tienes que retirarlas y volverlas a ingresar en otra parte. En primer lugar, al parecer como están arreglando el aeropuerto, en cada línea en que se retira el equipaje había maletas de 5 vuelos. Y algo así como unas 150 personas esperando retirar su equipaje. Así que después de unos 10 minutos esperando y con las maletas en la mano empezamos la travesía de encontrar dónde se “re-chequean” las maletas. Después de preguntar a unas cuántas personas acerca de dónde se llevan las maletas, una señora nos dice que hay que seguir el camino amarillo. No para ir donde el mago, si no para re-chequear las maletas. Sin ningún cartel que lo indicara un caballero recibe las maletas y las mete en una especie de scanner, supongo que para ver el contenido. Nosotros seguimos a la masa y se la entregamos a él, esperando que sea la persona correcta a quien entregársela.

Una vez sin maletas hay que pasar por seguridad otra vez. Parece que la seguridad que nos revisó en Curacao (o en cualquier otro aeropuerto del mundo) no fue suficiente. No estoy en contra de que a uno lo revisen, es más, lo encuentro muy necesario, sobre todo por el momento que el mundo está viviendo. Siempre estoy dispuesta a que me revisen, vean lo que llevo y me pregunten lo que quieran. El problema acá es que después de esperar unos 30 minutos en la cola, nuevamente no hay ningún cartel que indique lo que hay que hacer. Las cosas típicas siempre las hago, como poner el bolso y el equipaje de mano en el scanner, pero hay algunas cosas que nunca sé qué hacer. ¿Sacarse los zapatos? Parece obvio que hay que hacerlo, uno mira al de adelante y ve si lo hace o no. Pero si uno lo hace mucho antes a lo mejor pueden pensar que está muy ansioso porque lo revisen y si lo hace mucho después, pueden pensar que uno no quiere que lo revisen. Todo se trata de encontrar el momento óptimo. Por ejemplo esta vez yo estaba con un vaso de bebida. ¿Qué shushuca se hace con el vaso? ¿Se pone en la máquina o se lleva en la mano? Bueno yo opté por lo primero y me llegó reto del oficial… Además de unas cuantas carcajadas del Dani.

Como último comentario, una vez dentro del aeropuerto uno no sabe si está en un aeropuerto de Estados Unidos, o en un aeropuerto de un mundo paralelo de un país de Centro o Sud América con un ingreso per cápita de cuarenta mil dólares. ¿Por qué? Simplemente porque, por lo menos en el aeropuerto, mucha gente habla español. ¿Cuánta gente?, bueno me atrevería a decir que más de un 50%. Tal como una profesora de la “Florida International University” me dijo la vez anterior que estuve en Estados Juntos, por lo menos el 50% de los alumnos en sus clases eran absolutamente bilingües, y para mí la visita al Miami International Airport fue más que suficiente prueba.

En todo caso la espera que siguió en el aeropuerto fue bastante interesante, por lo menos matamos el tiempo intentando entender por qué en un aeropuerto de un país anglo parlante, los comerciales, las revistas y los menús son en español. Supongo que es de esperar de un país que en 10 ó 20 años uno de cada dos ciudadanos hablará español. ¿Dominio Latino? No lo creo…

¡Feliz Cumple Andy!

viernes, agosto 11, 2006

¿Google o no Google?


El domingo siguiente partimos a NYC de nuevo a tomarnos el avión para la luna de miel (habíamos llegado el miércoles a los Estados Juntos). El avión salía a las 6:00 AM y por ello debíamos estar en el aeropuerto tipo 3:30 AM, así es que decidimos irnos en la tarde, tipo 8:30 PM para llegar directo al aeropuerto y esperar un par de horas por ahí sentados. Comenzamos el camino sin ningún problema, nos llevamos buena música y cocaví. Para qué gastar de más en alguna bomba de bencina de mala muerte, nuevamente la economía del hogar primó. Y todo iba sin novedades….

Cerca de las 12:00 y con menos bencina que la que quisiéramos, decidimos salir en una de las tantas “gas exits” que hay en la carretera para echarle bencina al Tortu. Después de varios minutos alejándonos de la carretera principal en un camino que era negro como una boca de lobo, llegamos a una bomba de bencina que quedaba en la mitad de la nada, donde literalmente no había nadie, a echarle bencina al auto (creo que la próxima investigación será respecto a la demografía de este país. ¡¿Cómo se mantiene la gente que vive en la mitad de la nada?!).

Acá vale la pena decir que en este país uno solito se tiene que echar bencina en el auto. No hay nadie para ayudarte y menos a esa hora de la noche. No crean que somos tan huasos como para no poder hacerlo nosotros solos, de hecho en Santiago también existen estos dispensadores de bencina automáticos. La diferencia es que acá no hay un socio en una caseta que te pasa la redcompra por el terminal Transbank, tú solito metes tu tarjeta de crédito y te autocobras… Tal cual.

Con algo de sueño y un tanto cansados por el viaje Santiago – NYC – Ithaca – Orden - NYC, tratamos con el primer dispensador de bencina. No funcionó la primera vez, tratamos otra vez y no funcionó la segunda vez. Así que nos cambiamos de dispensador y tratamos en un segundo dispensador y tampoco funcionó. Pensamos que era la tarjeta así que para que no la bloquearan nos fuimos a otra bomba de bencina que quedaba hacia el otro lado de la carretera principal.

Al llegar a la otra bomba de bencina, tampoco había nadie y también había que echarse bencina uno solito, así que el Dani se bajo del auto a echarle bencina, y tun tun tun... ¡¡¡Se nos había quedado la tapa de la bencina arriba del auto cuando estábamos en la otra bomba!!! Cómo tan pasteles, habíamos dejado la tapa de la bencina arriba del Tortu y en el tránsito de una bencinera a la otra se nos cayó…. Obviamente en esta bencinera tampoco pudimos echarle bencina.

Como lección aprendimos que aunque uno se echa bencina solito y te cobras solito, necesitas que haya alguien responsable de la bomba de bencina. Si vienen para acá y necesitan echar bencina en la noche, en las bencineras donde no hay nadie, aunque sean de autoservicio, no van a funcionar. O por lo menos a nosotros no nos funcionan, mejor búsquense una con alguien a quien alegarle si no te funciona el dispensador.

Así que cerca de las 12:30 de la noche partimos de vuelta a buscar la tapa a la otra bencinera, obviamente no la encontramos… ¿Cómo podríamos haberlo hecho? Oscuro, en un lugar enorme y claramente de mal humor por el mal rato vivido no la encontramos. Miramos en el manual del automóvil y decía que no era cien por ciento necesaria (solo evitaba que explotara el auto si es que chocábamos)… Así que no sé si por el sueño o por la desesperación de llegar luego al aeropuerto, aperramos y continuamos nuestro viaje (con la correspondiente llenada de estanque en una bomba de bencina en la que atendía un señor de la India).


Lo que pasó a continuación claramente se debe al estado anímico en el que andábamos. Nuevamente con nuestras hojitas de maps.google.com en la mano (ídolos Larry Page y Sergey Brin) continuamos la parte final, y más difícil, del viaje. La llegada al aeropuerto.

Uds. se preguntarán porqué esta era la parte más difícil, el aeropuerto es grande, se ve a la distancia y seguro hay cientos de miles de letreros que lo indican. Sin embargo ahí nace la disyuntiva, le hago caso al maravilloso Google o sigo los carteles (como siguiendo al camino amarillo) que dicen “Newark Airport”. Con el Dani siempre tenemos la duda, y como buenos seres humanos que caemos más de tres veces en el mismo hoyo, le hacemos caso al cartel y no a Google. Para hacer el cuento corto, terminamos a la 1:00 de la mañana en la ciudad de Newark siguiendo como podíamos a una carretera a la cual no podíamos entrar simplemente porque no había ninguna entrada en las10 millas que la seguimos por la calle lateral. Terminamos pagando como 1,5 usd en peaje y preguntándole al señor que cobraba (que era bastante amable) dónde estábamos y cómo llegábamos al aeropuerto. ¡Menos mal que era un cobrador humano! Todavía estaríamos dando vueltas si es que hubiera sido uno de esos cobradores automáticos.

Todo esto por salir en la salida 13a en vez de la 13c…. ¿GPS para la otra?

jueves, agosto 10, 2006

El Orden Comienza


El Dani había guardado sus cosas (que principalmente eran cosas de cocina, baño y algunos muebles) en una bodega que le prestaron en el mismo complejo de edificios. Luego de las 15 horas en el avión, y las 5 horas manejando comenzamos a sacar las cosas de la bodega.

Sé que suena descabellado después de un viaje de 20 horas comenzar a sacar las cosas de una bodega para llevarlas al departamento, por qué mejor no descansar un ratito, comer algo o incluso sacarlas al día siguiente, eso sería una buena idea si es que en el lugar donde van a descansar o comer hubiera algo. Pero les quiero recordar que, aparte de una mesa, dos sillas y una cama tamaño full (todos arrendados), no había absolutamente nada de nada en el departamento. Así es que con la excusa que siempre usa mi papá: “Son jóvenes mijita” comenzamos la ardua tarea de desarmar la bodega y convertir el departamento en un lugar vivible.
Vale la pena explicar que donde estamos viviendo es un complejo de edificios relativamente grande, hay como 15 bloques con 6 departamentos cada uno, nosotros vivimos en el bloque O y el Dani había guardado las cosas en una bodega del bloque H. Así es que había que caminar unos cuantos pasos para llevar las cosas desde la bodega al departamento. Optamos por lo fácil y usamos nuestro auto, el Tortu de ahora en adelante (para los mal pensados se llama Tortu no por que ande lento, ya? Es por la forma que tiene, el color y una alusión a mi película preferida: "Buscando a Nemo").

Después de 3 viajes en el auto y un par de horas de sudor y sacrificio, sólo hacían 30 grados con una sensación térmica de 35, logramos llevar todas las cajas, muebles y otros al departamento… Ahí comenzó el desastre...
De los días que pasaron entre eso y la luna de miel, no me acuerdo bien, sólo se que era ordenar, comer, comprar cosas varias que se necesitaban y dormir. El problema es que nosotros ordenábamos de manera lineal y el desastre, a medida que pasaba el tiempo, crecía de manera exponencial... Se podrán imaginar cómo después de un par de días, el nombrado hogar dulce hogar parecía más un campo de batalla, con absolutamente todas las cosas en un desastre permanente, que una casita decente... Hogar, no tan dulce hogar...

miércoles, agosto 09, 2006

Y Así Comienza la Historia...


El día Martes 18 de Julio de 2006 nos tomamos el avión desde Santiago a NYC, llegamos con 2 maletas gigantes, una maleta grande y un bolso enorme, además llevábamos de maleta de mano dos de esas mini maletas llenas de adornos que nos regalaron en el matri y una cartera donde andabamos con los documentos. Se podrán imaginar que no había manera de cargar todas esas cosas nosotros dos solos, y pobre de uno de pedirle a alguien que te ayude, en este país no existen los típicos socios que por un par de gambas te ayudan con las cosas.

En fin, salimos del aeropuerto con un carrito (que by the way vale 3 usd) en el que iban la mayor cantidad de cosas posibles, nos subimos al trencito aéreo que te lleva de terminal a terminal del aeropuerto y llegamos a arrendar un auto. Habíamos hecho la reserva por internet del auto pero obviamente no funcionó, así es que aperramos con la tarifa que nos dieron ahí (que no era tanto más cara) y después de una hora de espera la amable señora nos dijo algo como: "su auto está en el espacio 1319", así es que partimos a buscar el auto. Obviamente las 4 maletotas, 2 maletitas, una cartera y un carrito no cabían por la puerta giratoria normal, así es que otro caballero, bastante amablente, nos hizo pasar por la puerta para equipaje (y cuerpo) sobredimensionado.... Hasta en eso piensan estos gringos.



Caminando por el estacionamiento de 5 pisos encontramos el auto que habíamos arrendado. Como se podrán imaginar arrendamos el más chanta, uds. saben... economía del hogar, pero como en este país NADIE arrienda los autos chantas (lease Toyota Yaris sedán, 4 puertas, automático y con aire) tienen pocos de estos autos baratos. Así es que como buen chileno salimos ganando y nos fuimos en un Pontiac grandecito donde de todas formas no nos cabían todas nuestro equipaje en la maleta y terminamos con una gran parte de éste en el asiento trasero del automóvil (cosa que no creo que la ley permita en este país).

No sé si se acuerdan o alguna vez vieron a los monitos animados de cuando eramos chicos manejando por unas carreteras impresionantes, llenas de intersecciones, con varias pistas y cientos de carteles para todas partes. Las carreteras tenían unos tréboles gigantes, donde al final el monito no sabía a dónde dirigirse y terminaba haciéndose un nudo en la carretera que impedía que el resto de los autos pasara. Bueno, así son TODAS las carreteras en este país. Sí, si uno quiere ir desde una ciudad a otra, más le vale a) encomendarse a El Señor y pedirle porque mágicamente te guíe por las cientos de miles de carreteras y salidas que existen, b) comprarse un mapa chanta en una bomba de bencina y aperrar o c) mirar en maps.google.com y ver la ruta óptima (y cuando digo óptima me refiero a que sale hasta la cantidad de millas a recorrer en cada calle, carretera, salida, autopista, estacionamiento, etc, etc, etc).

Por suerte ya habíamos manejado en EE.UU. antes, así es que veníamos curtidos en cuanto a la dificultad de las carreteras. Teníamos a mano nuestra hojita maravillosa con las intrucciones, que aunque son explicaciones para tontos, con tanto estímulo en la carretera (comerciales, carteles señalando salidas varias, food exits y gas exits, etc) se hace bien dificil de seguir. En fin después de 5 horas de camino y de varias discuciones si la salida que venía a continuación era o no la que google decía, llegamos a la casita.... Hogar, dulce hogar.

Hola a todos!

Parece ser que esta es la mejor manera de contarles como va nuestra vida por acá en los Estados Juntos. Se que no es original y que hay muchos otros blog contando historias de gente viviendo en otros países (soy una copiona :P), pero encontré que es una muy buena forma de mantenerlos al día de nuestra vida sin mandarles un mail eterno que los aburra.
La idea es que lean cuando quieran y lo que quieran, además podemos recibir feedback de uds y publicar fotos entre otras cosas.

Obviamente las puertas estan abiertas para recibir comentarios e ideas.
En fin, un abrazo grande, espero les guste esta "nueva" forma de comunicarse...

Gaby